El Imperio Español en América : La historia de la colonización española en Centroamérica y Sudamérica (Spanish Edition) by Charles River Editors
Spanish | February 27, 2025 | ISBN: N/A | ASIN: B0DYW8FCLB | 266 pages | EPUB | 20 Mb
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Cuando Cristóbal Colón partió hacia el Este desde el Nuevo Mundo, ya había explorado San Salvador en las Bahamas (que creía que era Japón), Cuba (que creía que era China) y La Española, la fuente del oro. Según cuenta la historia, Colón, de regreso a España tras su primer viaje, hizo escala en Lisboa para informar al rey portugués Juan II de su descubrimiento del Nuevo Mundo. El Rey Juan protestó que, según el Tratado de Alcáçovas de 1479, que dividía el Océano Atlántico entre las esferas de influencia española y portuguesa, las tierras recién descubiertas pertenecían legítimamente a Portugal. Para dejar claro el punto, se autorizó el envío de una flota portuguesa desde el Tajo hacia el oeste para reclamar las "Indias", lo que provocó una oleada de actividad diplomática en la corte de Fernando e Isabel. En aquel momento, España carecía de poder naval para impedir que Portugal cumpliera su amenaza, y el resultado fue el Tratado de Tordesillas de 1494, de enorme influencia.
El Tratado de Tordesillas fue uno de los documentos más importantes de la época en su género, pues estableció los parámetros esenciales de los dos imperios en pugna, la primera de las grandes entidades imperiales europeas. El Tratado de Tordesillas trazó una línea imaginaria de polo a polo, que discurría a 100 leguas al oeste de las islas más occidentales de las Azores. Según los términos de una bula papal de apoyo, todas las tierras situadas al oeste de esa línea pertenecían a España, y todas las situadas al este pertenecían a Portugal. En la práctica, esto significaba que Portugal se quedaba con África y el Océano Índico, mientras que a España se le concedían todas las tierras situadas al oeste, incluidas las Américas y el Caribe, conocidas colectivamente como las "Indias" o el Nuevo Mundo.
Sin embargo, el Tratado de Tordesillas contenía una anomalía. Sin que sus redactores lo supieran, la línea del tratado atravesaba la ceja más occidental de Sudamérica, más o menos desde la desembocadura del Amazonas hasta Porto Alegre, ambas en el actual Brasil, lo que significaba que todo lo que quedaba al este pertenecía legalmente a Portugal. Este hecho sólo fue revelado en 1500 gracias a una expedición del marino portugués Pedro Álvares Cabral. Mientras se dirigía a la India, su expedición navegó en un amplio arco por el Atlántico medio en busca de los vientos alisios y desembarcó inesperadamente en la costa de Sudamérica continental. Poco pudieron hacer los españoles y, como consecuencia, se estableció la vasta colonia portuguesa de Brasil en una región nominalmente reclamada por España.
Tal vez inevitablemente, se había desarrollado una rivalidad regional cuando los portugueses empezaron a establecer una colonia en Brasil y a ampliar sus fronteras hacia el sur. Tras la conquista de los incas en la década de 1530, la amenaza portuguesa motivó la autorización de una segunda expedición, comandada esta vez por Pedro de Mendoza con una fuerza de unos 1.500 hombres. El grupo llegó a la desembocadura del Río de la Plata en 1536, y allí Mendoza fundó el asentamiento de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre. Fue la base de la futura ciudad de Buenos Aires, pero su establecimiento no estuvo exento de resistencia por parte de las tribus circundantes, lo que marcó el tipo de conflictos que darían forma a la historia y a los movimientos independentistas de Argentina durante los 300 años siguientes.