Venus del espejo

Madrid, febrero de 1649. Diego Vélasquez es el pintor más famoso del país y lleva más de 25 años al servicio del rey. Es el gran ujier de la corte, ayuda de cámara del guardarropa del rey y su ayuda de cámara. Gran amante del arte, Felipe IV le encomendó la misión de traerle nuevas obras a Italia. Se marcha con su esclavo, Juan de Pareja. Al llegar a Roma, visitó las galerías y colecciones de Borghese, Farnese, Mattei y Villa Medici, acompañado por el pintor Antonio Domenico Trivia, gracias al benévolo apoyo del Papa Inocencio X, que le pidió a cambio pintar su retrato. También aprovechó el ambiente italiano, muy diferente del que reina en España, donde aún abundaba la Inquisición. La vida parece más ligera, los pintores son atrevidos. Por eso le sorprende que haya tantos cuadros de desnudos. Y por primera vez, quien se ha especializado toda su vida en el retrato, piensa en dedicarse a pintar un desnudo. Aquí nadie se ofendería por esta audacia. Queda por encontrar un modelo… ¡Uno de los maestros de la pintura universal contado por Jean-Luc Cornette y realzado por el dibujo directo en color de Matteo! En 1649, Diego Velásquez tenía 50 años. Pintor oficial de la corte española, fue enviado a Italia para adquirir obras. De este viaje también trajo un cuadro personal, el único desnudo de su carrera: Venus ante su espejo. Jean-Luc Cornette y Matteo imaginan las circunstancias de la creación de este cuadro…